martes, 12 de abril de 2016

Presentación…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Presentación:


            El caso de este caso es que se trata de dos personajes. Uno responde al nombre de “calzón quitao” y el otro al de “cabeza pelá”.

            Y este caso nos va ocupar el tiempo desde este momento.

En la plaza…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

En la plaza:


-- ¿Qué haces, chico? – peguntó "calzón quitao" a su amigo "cabeza pelá", que se hallaba sentado en la banqueta de la plaza del pueblo, cerca del mediodía.
-- Nada – contestó "cabeza pelá". Aunque si estaba haciendo algo. Estaba sentado en la banqueta de la plaza del pueblo, cerca del mediodía.
            -- ¿Y no te cansas de hacer eso?—preguntó "calzón quitao" para entrar en conversación.
            -- A veces me fastidio, pero sigo haciendo lo mismo – contestó "cabeza pelá”.
            -- ¿Por qué? – preguntó "cabeza pelá".
            -- Por nada – respondió "calzón quitao".
            -- ¿Y, tú, qué haces? – preguntó "cabeza pelá"  estirándose perezosamente y alargando los brazos a la vez que bostezaba emitiendo un sonido ronco en medio de la plaza de pueblo, cerca del mediodía.
            -- Bueno… te preguntaba que qué estabas haciendo – contestó "calzón quitao”…
            -- Ah, verdad… se me olvidaba – contestó "cabeza pelá" después de disfrutar de la sabrosura de un estiramiento con bostezo a la vez que miraba a "calzón quitao".
            -- Te invito – dijo "cabeza pelá".
            -- ¿A qué? – respondió preguntando "calzón quitao”.
            -- A que hagamos nada aquí en la plaza del pueblo – respondió respondiendo "cabeza pelá".

            -- Está bien – aceptó la invitación "calzón quitao" y en ese momento "cabeza pelá" se arrimó un poquito más hacia allá en la banqueta de la plaza del pueblo, ya un poquito pasado del mediodía, porque habían pasado algunos minutos en la conversación


Tema de conversación…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Tema de conversación:


            -- ¿Qué opinas del calor que está haciendo últimamente en el pueblo? – preguntó "calzón quitao". Pero "cabeza pelá" no contestó nada.
            Fue pasando el tiempo. Al cabo de otro tiempo "calzón quitao" quería conversar sobre lo que fuera.
            -- ¿Y qué piensas de la muerte del compadre Eloy? - preguntó "calzón quitao". Esta vez tampoco dijo nada "cabeza pelá".
            Los pájaros jugaban en las ramas de los árboles de la plaza y las ramas de los árboles se movían por la brisa y el viento que pasaban por la plaza del pueblo.
            -- ¿Te gusta el pueblo? – preguntó "calzón quitao"- Y "cabeza pelá" volvió a quedarse callado.
            -- ¿No tienes calor? – preguntó "calzón quitao"… Silencio por parte de "cabeza pelá".
            -- ¿Qué sabes de lo que pasó en la cuesta antes de llegar al pueblo? – preguntó "calzón quitao"… Más silencio de "cabeza pelá".
            Hizo muchas preguntas "calzón quitao" y a ninguna le contestaba "cabeza pelá".

            Entonces comprendió "calzón quitao" que la invitación que le había hecho "cabeza pelá" era a hacer nada. Entonces se quedó callado "calzón quitao" para acompañar en la conversación a "cabeza pelá".

Hasta luego…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hasta luego:



            Atardecía. Pasaba el tiempo. Era la hora del café con pan como merienda. El pan tenía que ser el llamado “pan piña” con café recién colado. El café tenía que saborearse desde el olor cuando se estaba colando en la mochila de tela. Y había que irse a la casa. No se podía perder ese dulce placer del sabor a casa y a familia y a hogar. Ya no era mediodía, aunque sí la misma plaza y la misma banqueta de la plaza del pueblo. "Calzón quitao" y "cabeza pelá" sabían eso. Sabían lo de la plaza, lo del pueblo, lo de la banqueta. También sabían que ya no era el mediodía y que atardecía. Igual sabían que era la hora del café con pan como merienda, pero el pan tenía que ser el llamado “pan piña”.
            Ahora se hallaban en un problema "calzón quitao" y "cabeza pelá". Uno tenía que despedirse e interrumpir la conversación que llevaban en la banqueta de la plaza del pueblo. "Cabeza pelá" no se atrevía porque él era quien había invitado y hubiera sido una descortesía de su parte despedir a "calzón quitao". Entonces le correspondería a "calzón quitao" levantarse y despedirse porque era el invitado. Pero el café con pan como merienda, pero con pan el llamado “pan piña” merecía la pena despedirse y dejar para el otro día la conversación que llevaban en la banqueta de la plaza del pueblo.
            -- Hasta luego – dijo "calzón quitao" levantándose del lado que ocupaba en la banqueta de la plaza del pueblo que le había dado para conversar "cabeza pelá".

            -- Hasta luego – contestó "cabeza pelá" levantándose también de la banqueta...

La banqueta del pueblo…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

La banqueta del pueblo:




            La banqueta estaba donde siempre. Estaba donde la habían sembrado cuando la sembraron los obreros que la pusieron por mandato del que mandaba en el pueblo. El jefe había pensado que la plaza necesitaba una banqueta y mandó que hicieran una con cemento y cabillas escondidas por dentro del cemento. Que solo se viera el cemento. Las cabillas se iban a esconder porque era mejor que se viera el cemento. La hicieron así. El día que la iban a estrenar pusieron fotos del jefe por todo el pueblo y llamaron a los músicos del pueblo de al lado para que vinieran a tocar música para estrenar la banqueta. Ese día dieron comida y agua con dulce para los que fueron a ver la banqueta. La gente estaba contenta. La plaza tenía banqueta y la banqueta había sido sembrada en la plaza del pueblo. Ya la plaza se parecía a la otra plaza del pueblo de al lado que también tenía una plaza y una banqueta. Ese día los que pudieron, y fueron todos, se acercaron a la banqueta y le pasaban la mano. Los que podían se sentaban y otros se paraban y se volvían a sentar, una, dos o tres o cuatro veces, así, rapidito para comprobar que era la banqueta con cemento que escondía las cabillas que la hacían banqueta. El pueblo estaba contento. Ese día la banqueta brillaba y la habían bañado tres veces para que se viera que estaba nuevecita y era sin estrenar. 

Más de la banqueta de la plaza del pueblo…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Más de la banqueta de la plaza del pueblo:



Una vez estrenada la banqueta de la plaza del pueblo y que estaba en todo el frente de la Iglesia del pueblo, por eso era la plaza, y por eso era la banqueta de la plaza del pueblo, todos los del pueblo hablaban de lo grande que ya era el pueblo, porque tenía su propia banqueta. Al pasar por la plaza todos tenían que ir a ver la banqueta. Otros, antes de ir a la misa pasaban a ver si la banqueta todavía estaba sembrada donde la habían colocado los obreros cuando la habían sembrado; algunos le pasaban la mano por la parte de arriba de donde se recuesta en la banqueta; otros, hasta se sentaban un ratico, pero no mucho porque iban para la misa. Los que no habían podido pasar antes de la misa a ver la banqueta, pasaban después de la misa, y hacían igual que los habían pasado antes a ver la banqueta, sobre todo los domingos, que era cuando iba más gente a la misa. Entre semana a las tres viejitas y algún que otro más que iban a la misa no les daba tiempo de pasar a tantear la banqueta pero la miraban de lejos y les daba alegría verla, aunque fuera de lejos. Ahí permanecía el orgullo del pueblo que hacía que la plaza que quedaba al frente de la Iglesia, fuese pueblo; por eso era la plaza del pueblo, que tenía su propia banqueta con las cabillas que se escondían debajo del cemento para hacer que fuese simplemente la banqueta de la plaza del pueblo que quedaba al frente de la Iglesia….

Otro poquito más de la banqueta del pueblo que quedaba al frente de la Iglesia del pueblo …(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Otro poquito más de la banqueta del pueblo que quedaba al frente de la Iglesia del pueblo:


          Las noticias duran poco. En la ciudad tal vez dos o tres días. En los pueblos un poquito más porque no hay muchas noticias y muchas cosas que sucedan. Por eso una noticia dura, tal vez, un mes; o dos, cuando mucho. En algunos casos pueda que un año. Pero esa noticia en ese año termina con muchas cosas añadidas a la verdadera cosa que pasó pues cada uno que la cuenta le va poniendo unas cosas de más y otras de menos. En el caso de la banqueta del pueblo ya llevaba más de un año todo lo que se decía de ella. Lo que si era verdad era que la banqueta había sido sembrada en la plaza del pueblo que quedaba al frente de la Iglesia del pueblo, por eso era la plaza del pueblo y por eso era la banqueta de la plaza…Lo que también era otra verdad era que ya casi nadie pasaba a sobar la banqueta o a comprobar que todavía estaba sembrada en la plaza donde la habían sembrado los obreros cuando la sembraron por la idea y porque el jefe del pueblo lo había querido así. Y así era. La gente ahora la veía de lejos y sabía que ahí estaba. Además, estaba donde la habían sembrado.
            Por otra parte, en la banqueta se sentaban "calzón quitao" y "cabeza pelá" a conversar cuando podían, que era siempre. Y cuando no podían, que era nunca, no se sentaban en la banqueta que estaba en la plaza que estaba al frente de la Iglesia del pueblo, por eso era la plaza, porque no había otra Iglesia… y tampoco otra plaza… y tampoco otra banqueta, aun cuando por lo menos en la misma plaza que estaba en la plaza que estaba al frente de la Iglesia del pueblo…

Hola…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hola:



            La banqueta unas veces estaba sola. Y otras, también. Aunque a veces venían "calzón quitao" y "cabeza pelá" a conversar sentados sobre ella. Entonces, ya la banqueta que estaba en la plaza que estaba al frente de la Iglesia del pueblo, no estaba sola. Tampoco la plaza que estaba al frente de la Iglesia del pueblo, que por eso era la plaza del pueblo, porque estaba la banqueta y en la banqueta estaban casi siempre, que era siempre, y casi nunca, que era nunca, "calzón quitao" y "cabeza pelá", conversando que también era siempre.
            -- Hola – saludó "cabeza pelá" a "calzón quitao" en la esquina de la plaza del pueblo que estaba al frente de la Iglesia también del mismo pueblo del caso de "calzón quitao" y de "cabeza pelá" que es el caso del caso que nos tiene ocupado desde que se comenzó el caso de estos dos personajes que se sientan y sentaban en la banqueta de la plaza… de la Iglesia… del pueblo… y que es el caso…
            -- Hola – respondió al saludo "calzón quitao" a "cabeza pelá" mientras los dos se dirigían a la banqueta de la plaza caminando sin adelantarse uno más que el otro, como para no llegar uno antes y otro después, sino parejitos a la banqueta de la plaza…y así no sacar ventaja o desventaja uno de otro.
            Los pajaritos y las pajaritas jugaban y retozaban en las ramas de los árboles que tenía la plaza que estaba al frente de la Iglesia del pueblo y que tenía una banqueta de cemento que escondía las cabillas porque era mejor que se mostrara el cemento…para que fuera la banqueta de la plaza…

            

No sé…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

No sé:

           

            -- Hola – dijo esta vez "calzón quitao" a "cabeza pelá" una vez que ya se habían sentado en la banqueta de la plaza que estaba al frente de la Iglesia
            -- Otra vez hola – contestó "cabeza pelá" a "calzón quitao" porque ya era la segunda vez que se saludaban. Y era válido el saludo de esta vez  porque el de hacía un tiempo era el de la esquina de la plaza y ese tiempo ya había pasado. Ahora ya no estaban en la esquina de la plaza. Ahora estaban sentados en la banqueta de la plaza que estaba al frente de la Iglesia del pueblo. Y el saludo era otro y uno nuevo. El de antes había sido eso; y el de ahora, era, también eso.
            Las ramas de los árboles se movían por el viento y la brisa que pasaban por la plaza. Y los pajaritos y las pajaritas silbaban sus silbidos y saltaban de una rama para otra rama del mismo árbol de los árboles que estaban en la plaza donde estaba una banqueta que estaba al frente de la Iglesia del pueblo.
            Era cerca del mediodía. Mucho menos del mediodía pero el reloj avanzaba indicando que iba hacia el mediodía. La aguja chiquita del reloj de la Iglesia que estaba al frente de la plaza que tenía una banqueta que escondía las cabillas que la hacían banqueta, saltaba con brinquitos hacia delante sin nunca cansarse como brinquitos de ataques de hipo. Lo curioso es que la aguja saltarina en brinquitos del reloj que estaba en la parte más alta de la Iglesia que estaba al frente de la plaza que tenían una banqueta que escondía las cabillas para hacerla banqueta, no daba saltitos hacia atrás, sino siempre adelante. Tal vez por eso a pesar de que no era mediodía la aguja del reloj indicaba que para allá iba entre saltico y saltico y después la aguja más grande y la menos gorda que la otra, que era más chiquita y bien gordita; después que la aguja saltarina en brinquitos daba toda la vuelta a la cara redonda marcada con unos números, entonces, esa aguja, la más larga y menos gorda, daba un saltico hacia delante. También curioso, esta aguja tampoco daba salticos hacia atrás después que la aguja saltarina en brinquitos daba una vuelta a toda la cara marcada con números del reloj, que quedaba en la parte más alta de la Iglesia, que quedaba al frente de la plaza del pueblo, que tenía una banqueta de cemento, que escondía las cabillas para que fuera banqueta y se pareciera a la plaza del pueblo de al lado que también tenía una banqueta y una Iglesia y por eso se llamaba pueblo. Pero era pueblo de al lado… No este de este caso, sino del al lado, del del otro caso que no es el caso de "cabeza pelá" y "calzón quitao"…
            El caso de ahora es que "calzón quitao" y "cabeza pelá" estaban ya sentados en la banqueta del pueblo, cerca del mediodía.
            -- ¿De qué hablamos hoy? – preguntó "calzón quitao" a "cabeza pelá".
            -- No sé – contestó "cabeza pelá".

            Y se quedaron callados porque en verdad no sabían de qué hablar y se entendían muy bien.

Al poco rato…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Al poco rato:



            -- Nos vemos mañana – dijo "calzón quitao".

            -- Si. Fue un placer – contestó "cabeza pelá", porque ya era la hora del café con pan pero con el llamado pan piña.

El pan piña…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

El pan piña:




            Cada tres días llegaba al pueblo una camioneta repleta de pan. Traía pan dulce. Traía pan salado. Traía acemas. Traía pan grande. También pan pequeño. Y también todo tipo de pan conocido. También el famoso pan piña.

Más sobre el pan piña…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Más sobre el pan piña:




            El pan lo traían cada tres días del pueblo de al lado. El pan los distribuía en las bodegas del pueblo. En las bodegas del pueblo que no eran muchas, y si pocas, se compraba el pan. También el famoso llamado “pan piña”.

Hablemos de política…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hablemos de política:



            Otro día.
            La banqueta de la plaza que queda…
            -- Hablemos de política – propuso "calzón quitao" a "cabeza pelá" en esa otra mañana, cerca del mediodía. Todavía no era pero el reloj iba hacia allá… Las agujas... la banqueta… la plaza… la Iglesia… El pueblo…
            -- ¿Pero se vale llevar la contraria? – preguntó aceptando "cabeza pelá" el tema de conversación que proponía "calzón quitao".
            --  No – dispuso inmediatamente "calzón quitao".

            -- Entonces… no hablemos de política – repuso rotundamente "cabeza pelá".

Hablemos de la mujer…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hablemos de la mujer:



Todo iba como iba. La plaza… la banqueta… la Iglesia… En fin, el pueblo. Otro día.
            Esta vez "cabeza pelá" tomó la delantera en proponer el tema de conversación a "calzón quitao".
            -- Hablemos del amor – propuso "cabeza pelá".
            Y hablaron de sus tiempos de muchachos. No mucho. Pero, no poco. Y se rieron entre mucho y poco.
            -- Ahora… hablemos de la mujer – propuso "calzón quitao" satisfecho de la conversación que llevaba con "cabeza pelá" en la banqueta de la plaza que quedaba al frente de la Iglesia y que por eso era pueblo, poco antes de la merienda con café y el pan, pero con el famoso “pan piña”.

            -- ¿De quién? – aceptó preguntando "cabeza pelá" la propuesta que hacía "calzón quitao".

Hablemos de teología…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)



            Otro de otro en lo mismo de lo mismo.
            -- Hablemos hoy de filosofía – propuso "calzón quitao" a "cabeza pelá" en el mismo sitio. Pero de otro día, en la banqueta… de la… del… de este caso.
            Y hablaron de esto y de aquello con mucho interés sin llegar a nada. Fue una conversación muy profunda.
            -- Ahora… hablemos de teología – propuso "calzón quitao" contento de saber que llegaban a profundidades en el pensamiento.
            -- ¿De la del cura de la parroquia o de la mía? – preguntó respondiendo, abriendo posibilidades "cabeza pelá".
            Entonces no supo contestar "calzón quitao" porque él también tenía la suya.

El reloj de la Iglesia…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

El reloj de la Iglesia:



En la plaza que tenía una banqueta y que por eso era pueblo, también tenía en todo el frente una Iglesia. Eso la hacía más pueblo, pero con banqueta y con plaza, que estaban al frente del frente de una y de otra. De la plaza. De la Iglesia.

            La Iglesia tenía un reloj, que la hacía más Iglesia. El reloj indicaba y marcaba las horas. Las horas la marcaban unas campanadas cada buen rato de tiempo. También la Iglesia tenía campanas. Pero eran otras campanas. El reloj también tenía campanas.


Las campanas…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Las campanas:



Las campanas sonaban como sonaban. De una manera las del reloj. Y de otra las de la Iglesia. Pero las dos campanas estaban en la Iglesia. Pero no sonaban de la misma manera. Y eso que estaban en el mismo lugar.
            Las campanas de la Iglesia-Iglesia sonaban para la Iglesia. Entonces, la gente iba.
            Las campanas del reloj que estaba en la parte más alta de la Iglesia sonaban no para la Iglesia. Sonaban para la gente y para el pueblo. Pero la gente no iba para el reloj, aunque a veces, sí para la Iglesia. Pero no era igual que sonara en la mañana, que en la tarde, o que en la noche, o que en la madrugada. Sonaba y tenía muchos sonidos distintos.


Las campanas del reloj…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Las campanas del reloj:

         El reloj que estaba en la parte más alta de la Iglesia, que tenía al frente una plaza que tenía una banqueta, tenía tres agujas. Una flaquita que saltaba con brinquitos sin parar. Una más gordita que saltaba con más lentitud, pero igual saltaba. La más gorda de todas era muy perezosa. Saltaba muy poco y después de muchos saltos de la flaquita y de la otra. La más gorda y perezosa hacía que sonaran las campanas del reloj. Pero dependía de los brinquitos de las otras dos. Pero cada vez  la aguja perezosa y la más gorda hacía que el reloj sonara las campanas, las suyas, y no las de la Iglesia, y sonaba distinto. Así siempre y siempre.

Hablemos de Dios…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hablemos de Dios:


-- Hablemos de Dios – propuso "calzón quitao" a "cabeza pelá" en el mismo sitio pero de otro tiempo del mismo.
            -- Está bien – aceptó con humildad "cabeza pelá"
-- Pero con una condición - dispuso "cabeza pelá", ubicando con ello la conversación-.
            -- ¿Cuál? – dijo alegre de ser bien aceptada la propuesta "calzón quitao".

            -- Que nos quedemos callados – contestó "cabeza pelá".

Hablemos de sexo…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hablemos de sexo:


            Otro de otro.
            -- Hablemos de sexo – propuso "calzón quitao".
            -- De eso sí que no – dispuso "cabeza pelá".
            -- ¿Y eso por qué? – preguntó sorprendido "calzón quitao"
            -- Porque eso sí que es sagrado… y mucho – respondió magistralmente "cabeza pelá".
            -- No entiendo – repuso "calzón quitao" insatisfecho con la salida de "cabeza pelá".

            -- Es sagrado… Es sagrado… repitió la respuesta "cabeza pelá" a la vez que movía la cabeza afirmando como para darle más énfasis a su afirmación.

Más sobre el sexo…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Más sobre el sexo:



            La respuesta que "cabeza pelá" le había dado del sexo a "calzón quitao" lo había dejado intranquilo. Inquieto, un poquito. Curioso, un poquito más que el poquito anterior.
            -- Necesito hacerte una pegunta – dijo sin más ni más "calzón quitao" a "cabeza pelá". Como a los tres días de esa conversación.
            "Cabeza pelá" no dijo nada y se quedó esperando que "calzón quitao" preguntara.
            -- ¿Por qué el sexo es sagrado, como me dijiste? - afloró inmediatamente "calzón quitao", a la vez que arrugaba la frente en señal de verdadero tormento y de inquietud acumulada.

            Y "cabeza pelá" solo dio un suspiro. No hallaba una respuesta que convenciera a "calzón quitao". Tampoco la tenía.

Sobre la ONU…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Sobre la ONU:



            Donde siempre.
            -- ¿Tú sabes lo que es la ONU?- preguntó "calzón quitao" a "cabeza pelá".
            -- ¡Sí! – contestó a secas "cabeza pelá".
            -- ¿Y, tú? – preguntó ahora, después de un pequeño silencio "cabeza pelá" a "calzón quitao".
            -- Más o menos – contestó "calzón quitao".
            Entonces "calzón quitao" y "cabeza pelá" se quedaron mirando un buen rato sin decir nada.

            -- ¡¿Y eso para qué sirve?! – irrumpieron en exclamación en pregunta, al mismo tiempo, su silencio profundo y hablador "cabeza pelá" y "calzón quitao"  en la banqueta… del pueblo… que tiene una Iglesia… al frente… con reloj… y campanas… Pero campanas distintas de las de la Iglesia y que sonaban distinto y para distinto.

Más sobre la ONU…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Más sobre la ONU:


            Otro día…
            -- ¿Y quien creó la ONU? – preguntó "calzón quitao".
            -- Todos los países – contestó "cabeza pelá".
            -- ¿Para qué? – preguntó "calzón quitao". Y hubo un silencio prolongado en la banqueta de la plaza…

            Los pajaritos y las pajaritas silbaban sus silbidos. Había en las ramas varios pajaritos de varios colores. Unos de un color y otros de otro color. Unos, de un color, tenían un tamaño. Los otros, de otro color, también tenían otro tamaño. También tenían su propio silbido. Los de un color y de un tamaño tenían un silbido que no se parecía a los de los otros, con otro color y otro tamaño. Pero eran igual, pajaritos y pajaritas.

Otro poquito más y ya sobre la ONU…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Otro poquito más y ya sobre la ONU:



            "Calzón quitao" rascándose la cabeza en actitud pensante preguntó al aire, ya no a "cabeza pelá", sino al vacío…
            -- ¿Será ONU o UNO?
            Y se parecía... Más bien,  se veía.
            -- Buena pregunta – respondió "cabeza pelá" aunque la pregunta no era para él.

            -- ¡Sólo cambian dos letras! … Una o adelante o hacia atrás. También la otra. Permanece la del centro en su lugar – dijo "calzón quitao" muy contento de encontrar sintonía y receptividad en "cabeza pelá".

Los pajaritos y las pajaritas de la plaza donde estaba la banqueta…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Los pajaritos y las pajaritas de la plaza donde estaba la banqueta:



            Los pajaritos y las pajaritas silbaban.

            Las pajaritas silbaban como ellas silban. Y los pajaritos sabían que eran pajaritas porque ellos saben cómo silban las pajaritas. Igual les pasaba a las pajaritas.



Más sobre los pajaritos y las pajaritas…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Más sobre los pajaritos y las pajaritas:



Las pajaritas y los pajaritos jugaban y retozaban en las ramas de los árboles que estaban en la plaza donde estaba la banqueta que estaba al frente de la Iglesia que tenía un reloj y que tenía campanas…. Distintas a las campanas de la Iglesia. Pero estaban todas en la misma Iglesia, del mismo pueblo. Por eso se llamaba pueblo.
            Los pajaritos y las pajaritas también silbaban. Unos de una manera y otros de una. Pero silbaban. Eran distintos los silbidos.

            Pero los pajaritos y las pajaritas no tenían baño. Entonces cuando querían ir al baño, pero que no tenían, se levantaban las plumas y hacían lo que se hace en  el baño. Todos y todas lo hacían igualito y seguían silbando y jugando en las ramas de los árboles. Ellos y ellas seguían en lo que estaban haciendo.

Otro poquito más de las pajaritas y pajaritos…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Otro poquito más de las pajaritas y pajaritos:



            Un señor del pueblo todos los días pasaba con una escoba y una pala por la plaza que tenía una banqueta y que estaba al frente de la Iglesia, que… reloj… que… campanas…a limpiar y a barrer…
            También buscaba recoger lo que las pajaritas y los pajaritos hacían desde las ramas de los árboles cuando silbaban y jugaban, distinto de un color y tamaño de los de otro color y tamaño.
            También limpiaba la banqueta… porque también en ella silbaban y jugaban los pajaritos y las pajaritas que jugaban también en las ramas de los árboles… de la plaza… de la banqueta… de la Iglesia… del pueblo…

Suenan las campanas…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Suenan las campanas:



            Ese día sonaron las campanas. Aunque sonaban todos los días. Sonaban las del reloj. También sonaban las de la Iglesia-Iglesia para que la gente fuera.

            Pero sonaban ese día de una manera distinta. También para que la gente fuera. Pero para que la gente fuera vestida de negro y con cara triste. Como sonaban las campanas estaban diciendo eso. Tenía tiempo que no sonaban así. Desde hacía un año cuando lo de Juan el de la esquina de la plaza. Pero de la esquina del lado de la derecha del pueblo.

Vestido de negro y con cara triste…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Vestido de negro y con cara triste:



            -- ¿Para dónde vas? – preguntó "calzón quitao" a "cabeza pelá", camino a la Iglesia de ese día que volvían a sonar las campanas, que tenían un año que no sonaban de esa manera.
            -- A lo de Cirilo – contestó "cabeza pelá".
Cirilo vivía, cuando lo hacía, ahora ya no, en la esquina de la plaza. Pero en la esquina de la izquierda
            "Calzón quitao" también iba vestido de negro y con cara triste.
            Entre la gente también iba Cirilo, el que vivía cuando lo hacía en la esquina de la plaza. Pero del lado izquierdo de la plaza que tenía una banqueta… al frente la Iglesia… o, sea…

            Y todos iban vestidos de negro y con la cara triste. También iban "calzón quitao" y "cabeza pelá".

En la Iglesia…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

En la Iglesia:


Entraron todos a la Iglesia del pueblo, que iban para lo de Cirilo. Cirilo iba en alto sobre cuatro hombros. Cirilo no se veía. Pero todos sabían que era Cirilo porque de Cirilo se trataba cuando venían a lo que venían, los que venían.
            Las campanas de la Iglesia sonaban y su sonido indicaban que las agujas del reloj con sus campanadas ya no sonarían más para Cirilo, aunque las que sonaban eran las campanas de la Iglesia-Iglesia. Tampoco Cirilo las oía. Por lo menos, eso cabía imaginarlo. O quién sabe, sí las oía. Con toda seguridad, tal vez no. Y si no las oía ¿para que le tocaban campanas?

            El sonido de las campanas de la Igleisia-Iglesia no era para Cirilo, sino para lo de Cirilo. 

Más sobre Cirilo…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Más sobre Cirilo:

  
            Ahora Cirilo ya no estaba sobre los cuatro hombros.

            Ahora Cirilo estaba en una especie de banqueta, pero de hierro, y sin espaldar. La banqueta en la que ahora estaba Cirilo, podría parecerse a la banqueta de la plaza que tenía unos árboles y unas ramas donde los pajaritos y las pajaritas jugaban y retozaban y todo-todo lo demás…, pero no se parecía. Además, estaban en lugares distintos: ésta en la Iglesia y aquella en la plaza. O todo lo contrario.

Cirilo en la Iglesia…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Cirilo en la Iglesia:



            Todos los que estaban, o casi todos, estaban vestidos de color negro. Algunos lloraban. Muy pocos. Otros, no lloraban. Muchos.
            Salió el párroco.
            El párroco habló muy bonito. Habló de Cirilo, más o menos bonito. Habló de la muerte. Muy bonito. Habló de después de la muerte. No tan bonito. Todos estuvieron como una hora en la Iglesia con Cirilo en el centro en una banqueta que podría parecerse a la banqueta de la plaza, pero no era ni se parecía. Había que echarle cemento a la banqueta de la Iglesia para que se pareciera a la banqueta de la plaza, para que escondiera las cabillas. Pero, la banqueta de la Iglesia no tenía cabillas para esconder. Por eso no se podía cubrirla con cemento. Por eso tampoco era ni se parecía a la banqueta de la plaza, la banqueta donde estaba Cirilo.
            Cirilo no se veía. Pero estaba en esa cosa de madera que estaba en la banqueta de la Iglesia. Por lo menos estaba antes de salir de la casa donde vivía, en la esquina derecha del lado de la plaza. A lo mejor todavía estaba ahí. No en la casa, porque ya no. Tal vez en la Iglesia encima de la banqueta. O sea, Cirilo.

            O a lo mejor ya no estaba.

Donde siembran a los que como Cirilo…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Donde siembran a los que como Cirilo:



            Después de la Iglesia todos se fueron a donde siembran a los muertos. Volvieron a montar a Cirilo en los hombros. Eran cuatro.
            Caminaban despacio. También iba Cirilo. Bueno, al menos que se hubiese quedado en la Iglesia. Pero, nadie vio que se saliera de donde lo tenían.
La gente hablaba bajito. Tal vez para no despertar a Cirilo.
            Llegaron a donde siembran a los muertos.
            Bajaron a Cirilo. Y fueron a ver si estaba. Si. Si estaba. No se había quedado en la Iglesia. Abrieron una puerta para ver si estaba. Y sí. Si estaba. Era Cirilo. No se parecía mucho. Tenía otro color. Pero era Cirilo.

            

Otro poco más sobre Cirilo…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Otro poco más sobre Cirilo:

  
            Empezaron a sembrar a Cirilo.
          Los que estaban y que estaban vestidos de negro y con caras tristes agarraron tierra con la mano y le echaron un poquito de tierra encima a Cirilo. Así unos y otros.
También unos señores que tenían unas palas y unos picos, pero no estaban vestido de negro ni con caras tristes. Con las palas y con los picos estos señores, entonces, le echaron bastante tierra encima a Cirilo. Bueno, no propiamente a Cirilo, sino a esa cosa de madera donde habían escondido a Cirilo. A lo mejor para que no le doliera la tierra que le iban a tirar encima. A lo mejor.

            Unos lloraban. Pocos. Otros no lloraban. Muchos.

Los saludos a la familia de Cirilo…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Los saludos a la familia de Cirilo:


             Los que estaban donde siembran a los muertos y que habían ido a sembrar a Cirilo, escondido en una cosa de madera, se acercaban a darle la mano a la esposa de Cirilo. La saludaban. Unos, sobre todo unas, le daban un besito a la esposa de Cirilo. Todos tenían caras tristes. Un poco más la esposa de Cirilo. La esposa de Cirilo también estaba vestida de color negro. Todos, menos los que habían echado bastante tierra a Cirilo con las palas y con los picos.
            También saludaban a los hijos de Cirilo. Los hijos de Cirilo decían “gracias”. También la esposa de Cirilo decía “gracias”.

            A veces decían “gracias” y lloraban. Y a veces decían “gracias” y no lloraban. Todos tenían caras tristes. Un poco más la esposa de Cirilo. Un poquito menos los hijos de la esposa de Cirilo. Los que no tenían caras tristes ni estaban vestido de negro, eran los que le habían tirado bastante tierra a Cirilo con las palas y con los picos.

Otro poco más, y no más, de Cirilo…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Otro poco más, y no más, de Cirilo:



            Ya Cirilo estaba sembrado.
            Tenía mucha tierra. Todavía no le habían echado agua. Tal vez en la noche le echarían agua. Pero en ese momento no.
            Entonces, le pusieron flores encima de la tierra que le habían echado para sembrar a Cirilo. Pero las flores no las sembraron. Las pusieron encima. Tal vez ellas solas se sembrarían más tarde.
            Después pusieron un palo. No. Eran dos palos. Uno que apuntaba hacia arriba. Y otro que apuntaba hacia los lados. Los dos palos estaban clavados para que no se cayeran, sobre todo el palo que apuntaba hacia los lados.

            Entonces los que estaban y que tenían la cara triste y vestidos de negro, menos lo que le habían echado mucha tierra a Cirilo con las palas y con los picos, se hicieron una cruz y se agacharon en todo el frente de donde habían sembrado a Cirilo. Y en otro entonces, distinto al entonces anterior, por es otro, comenzaron a retirarse todos. También "calzón quitao" y "cabeza pelá".

Hablemos de la fe…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hablemos de la fe:



Al otro día del día en que sembraron a Cirilo se encontraban en la banqueta de la  plaza que está al frente de la Iglesia que tiene dos campanas, las del reloj y las de la Iglesia-Iglesia, "calzón quitao" y "cabeza pelá".
            -- Hablemos de la fe – propuso "calzón quitao" a "cabeza pelá".
            -- Me parece muy bueno – aceptó confirmando "cabeza pelá".
            -- ¿Qué es la fe? – preguntó preguntándose "calzón quitao" para entrar en el tema, sin más y sin menos.
            -- ¡La vida! – contestó contestándose a la vez que le respondía a "calzón quitao" "cabeza pelá".
            -- Las ganas de vivir – completó "calzón quitao" al aporte que hacía "cabeza pelá" y completaba lo que se estaba completando con lo que cada uno decía.
            -- ¡Tiene razón! – afirmó y aceptó "cabeza pelá".
            -- ¡Porque para vivir hay que tener ganas! – completó otro más "calzón quitao" entrando ya en profundidades.
            -- ¡Y eso necesita tener sentido! – siguió completando "cabeza pelá".
            -- También suerte – dijo "calzón quitao".
            -- También tiempo – añadió "cabeza pelá".

            Estaban profundos. El haber sembrado a Cirilo los había llevado a profundidades. Aunque Cirilo también estaba profundo. A tres metros. O a dos. O a menos. Pero profundo. Tal vez más.

Más sobre la fe…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Más sobre la fe:



            Ese mismo día del día en que estamos. El mismo tema.
Más profundidades. En la banqueta… la plaza… la Iglesia…el pueblo…
            Los pajaritos y las pajaritas jugaban y silbaban en las ramas… También levantaban las plumas para hacer lo que se hace en el baño. Pero las pajaritas y los pajaritos no tienen baño.
            -- ¡No puede ser! – dijo de repente "cabeza pelá" interrumpiendo las profundidades en las que estaban en la banqueta de la plaza… del pueblo…
            --  ¡No puede ser! – dijo también "calzón quitao" a la vez que se pasaba, al igual que "cabeza pelá", la mano por la cabeza para limpiar algo…

            Entonces "cabeza pelá" y "calzón quitao"  se levantaron de la banqueta de la plaza… porque las pajaritas y los pajaritos no tenían baño…

¿Los muertos tendrán fe?…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

¿Los muertos tendrán fe?



            Al otro día del día que "calzón quitao" y "cabeza pelá" habían comprobado que las pajaritas y los pajaritos no tenían baño, estaban sentados en la banqueta que tiene la plaza, que tiene una Iglesia al frente, que tiene campanas, las del reloj y las suyas…que por eso es pueblo… estaban "calzón quitao" y "cabeza pelá" conversando.
            -- ¿Los muertos tendrán fe? – preguntó muy profundo y con los ojos de embeleso "calzón quitao".
            -- Creo que no – contestó "cabeza pelá".

            -- Pero es mejor que nos vayamos antes que… - propuso de inmediato y como a la defensiva "cabeza pelá" a "calzón quitao" porque no se le olvidaba que los pajaritos y las pajaritas no tienen baño…

El carro que traía el pan, también el pan piña…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

El carro que traía el pan, también el pan piña:



            Serían como las diez de la mañana.
            Todavía no estaban sentados en la banqueta de la plaza "cabeza pelá" y "calzón quitao”. Era temprano.

            En la esquina de la entrada del pueblo se oyó un sonido de bocina. Todos ya sabían de qué se trataba. Y se alegraron. Mucho. Igual "calzón quitao" y "cabeza pelá".

La alegría de muchos por el pan piña…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

La alegría de muchos por el pan piña:



            Una vez entrada la camioneta al pueblo, todos estaban contentos. Tal vez como el día que estrenaron la banqueta. O, más. O, menos. O, a lo mejor igual. El sonido de la bocina había salido de ella. Siempre salía de ella cuando llegaba. Y todos esperaban ese sonido. No solamente.
            Entonces algunos niños corrían detrás de la camioneta. También "cabeza pelaíta" y "calzón quitaíto". O sea los juniors de "calzón quitao" y "cabeza pelá". Más o sea. Es decir, sus hijos. De cada uno.

            El pueblo estaba contento. No era para menos. Tampoco para mucho. Pero estaba contento. También "calzón quitao" y "cabeza pelá".

La remesa duraba poco, o tal vez, mucho…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

La remesa duraba poco, o tal vez, mucho:



            No se había terminado de ir la camioneta que llegaba al pueblo todos los miércoles y la gente iba a comprar pan. Antes no iba. O casi no. No había pan. Ese día, sí. También el famoso pan llamado “pan piña”. Para la merienda. No solamente.

            El pan piña era alegría. Era lo que si ya se dijo cuando se dijo. Atrás. Antes. Hogar. Familia. Café. Merienda. 

La misa del domingo…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

La misa del domingo:



            Sonaban las campanas.
            Ahora eran las campanas de la Iglesia-Iglesia. También sonaban las del reloj. Era domingo. La Misa.
            Muchos iban bañados. Otros también. Unos peinados. Otros, también. Iban. El único que no iba era el párroco. Ya estaba. Tal vez peinado. O tal vez…

            Era bonito. No el párroco. La gente que iba.

En la misa…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

En la misa:



            Mucha gente. Más bien poca. Pero mucha.
            Todos contentos. Más el párroco.
            También sonaban unas campanas. Pero no eran como las de la Iglesia-Iglesia. Tampoco como las del reloj. Pero sonaban. Distinto. Pero eran campanas. Entonces, eran tres campanas que tenía la Iglesia que tenía una plaza que tenía una banqueta… Las tres sonaban distinto. Todos sabían eso.

            Estas campanas sonaban. Decían que se estaba en la Iglesia. Adentro. Sonaba. Pequeñas. Pero mandaban. No tenían tamaño, pero mandaban.

Hablemos de la amistad…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hablemos de la amistad:

En la misma banqueta. Los mismos. No otros.
Tal vez los mismos pajaritos y las mismas pajaritas. O tal vez no. Sólo lo sabían los pajaritos y las pajaritas. Aunque algunos nuevos porque en las ramas de los árboles de la plaza, los pajaritos y las pajaritas también tenían sus nidos de amor. O, quizás no.
            -- ¿Tú eres amigo mío? – preguntó "calzón quitao" a "cabeza pelá".
            -- ¡Sí! – contestó "cabeza pelá".
            -- Sí, ¿qué? – preguntó "calzón quitao".
            -- ¡Que soy tu amigo! – aseveró "cabeza pelá".
            -- Y, ¿Cómo sabes que eres mi amigo? – preguntó "calzón quitao".
            -- ¡Muy fácil! – contestó sorprendido "cabeza pelá".

            -- ¡Sabiéndolo! – completó el mismo "cabeza pelá".

Más de la amistad...…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Más de la amistad:



Inquieto había quedado "calzón quitao" ante la respuesta de "cabeza pelá". Entonces insistió sobre el tema de la amistad…
            -- Y, ¿cómo lo sabes? – preguntó "calzón quitao".

            -- Porque cuando te veo me alegro – contestó "cabeza pelá".

Otro poco de la amistad...(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Otro poco de la amistad:



            -- A mi también me sucede igual – añadió "calzón quitao" ante la bonita respuesta de "cabeza pelá".
            -- Entonces, quiere decir que somos amigos – continuó "cabeza pelá".
.           Y los dos se miraron y se rieron por la bonitura de lo que conversaban. Bonito. Tal vez. Mucho.

            También bonita. La amistad.

Otro poco más de lo anterior de la amistad... (Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Otro poco más de lo anterior de la amistad:



Los pajaritos y las pajaritas… La banqueta… La plaza…

A "calzón quitao" y a "cabeza pelá" los tenía entretenidos el tema que los tenía. Ahora andaban en profundidades. Un poco más abajo de más abajo. Un poco. No tanto como Cirilo. Pero en profundidades. No de las de allá. De las de acá.


-- Pero… ¿eres mi amigo incondicional? – preguntó "calzón quitao". Entre allá. Entre acá. Profundidades.

            -- ¡Imposible! – contestó a secas y sin dudar "cabeza pelá".

Preguntas y más... (Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Preguntas y más:



            El tema era muy profundo. Mucho. El de la amistad. No otro. Aunque otros también.
            "Calzón quitao" se hallaba inquieto. También "cabeza pelá". Más profundidades. Un poco. Otro más.
            -- ¿Por qué no eres mi amigo incondicional? – preguntó insistiendo "calzón quitao".
            -- Porque somos distintos – contestó enfáticamente "cabeza pelá".
            -- ¿Y, qué, con eso? – refutó "calzón quitao".
            -- Que no somos iguales – reafirmó de otra manera "cabeza pelá".
            -- O, sea… ¿qué hay diferencias? – volvió a refutar intrigado "calzón quitao".
            -- ¿Preguntas o afirmas? – contestó preguntando "cabeza pelá".
            Ya todo estaba dicho. No más. De la amistad.

            Los pajaritos… Las pajaritas… La banqueta… La plaza… La Iglesia… Las campanas… El reloj…Por eso era pueblo. Antes. Ahora. A lo mejor después. 

Hablemos de la muerte... (CAlzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

 Hablemos de la muerte:       

            Otro día. Donde siempre.
            -- Hablemos de la muerte – propuso "calzón quitao".
            Se quedó callado "cabeza pelá".

            Todo fue silencio.

Hablemos del más allá... (Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hablemos del más allá:



            -- Hablemos del más allá – propuso "calzón quitao".
            No encontró respuesta "calzón quitao" de "cabeza pelá".

            Entonces, se quedaron en silencio.

Hablemos de el tiempo... (Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hablemos de el tiempo:            



No dejaba "calzón quitao" de proponer. Tampoco ahora.
           
-- Hablemos de el tiempo – dijo "calzón quitao".

-- ¡El tiempo es eterno, amigo! – repuso con un suspiro profundo "cabeza pelá".

-- ¿Es decir? – preguntó "calzón quitao".
-- No acaba… No acaba… contestó volviendo a suspirar "cabeza pelá".

            --  No acaba… No acaba… asintió "calzón quitao". Con un suspiro. También.

Más de el tiempo... (Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Más de el tiempo:



            -- Significa, entonces, amigo, que somos nosotros los que pasamos… ¿verdad? – afirmó y preguntó al mismo tiempo "calzón quitao".
            Lo curioso es que ahora se llamaban “amigos”. Antes, no. O, tal vez.
           -- ¡Sin duda! – respondió "cabeza pelá".
           -- Y en varios tiempos – completó "calzón quitao" las profundidades en las que andaban. Muy. Mucho. Tal vez muy y mucho al mismo tiempo. O mucho. Y muy. O al contrario.

            

Otro más de el tiempo... (Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Otro más de el tiempo:



            -- Pero… el tiempo se repite... – dijo "calzón quitao" volviendo a tomar la iniciativa en la conversación. Ahora, afirmando. Ya no preguntando. O tal vez. O lo contrario. O las dos. O una. O ninguna.
            -- ¡Sin duda… amigo! – completó "cabeza pelá".
            -- ¡Todo el tiempo… se repite! – confirmó "calzón quitao".

            Estaban en profundidades. Muy… 

Pero la historia no se repite... (Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Pero la historia no se repite:



            -- Se repite el tiempo todo el tiempo – confirmó "cabeza pelá". También "calzón quitao".
            -- ¡Pero… la historia… No se repite! – añadió suspirando otra vez "calzón quitao".
            -- ¡Eso es lo triste! – dijo "cabeza pelá".

            -- ¡O… lo mejor! – completó "calzón quitao".

Más sobre el tiempo... (Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Más sobre el tiempo:



            -- Todo tiene su tiempo – dijo "calzón quitao".
            -- ¡Sin duda! – añadió "cabeza pelá".
            -- Si. En algún lado de la Biblia se dice eso – apuntó inspirado "calzón quitao". Un poco. Un mucho. Suficiente.

            Tanta profundidad.