martes, 12 de abril de 2016

Hasta luego…(Calzón quitao y Cabeza pelá) (libro)

Hasta luego:



            Atardecía. Pasaba el tiempo. Era la hora del café con pan como merienda. El pan tenía que ser el llamado “pan piña” con café recién colado. El café tenía que saborearse desde el olor cuando se estaba colando en la mochila de tela. Y había que irse a la casa. No se podía perder ese dulce placer del sabor a casa y a familia y a hogar. Ya no era mediodía, aunque sí la misma plaza y la misma banqueta de la plaza del pueblo. "Calzón quitao" y "cabeza pelá" sabían eso. Sabían lo de la plaza, lo del pueblo, lo de la banqueta. También sabían que ya no era el mediodía y que atardecía. Igual sabían que era la hora del café con pan como merienda, pero el pan tenía que ser el llamado “pan piña”.
            Ahora se hallaban en un problema "calzón quitao" y "cabeza pelá". Uno tenía que despedirse e interrumpir la conversación que llevaban en la banqueta de la plaza del pueblo. "Cabeza pelá" no se atrevía porque él era quien había invitado y hubiera sido una descortesía de su parte despedir a "calzón quitao". Entonces le correspondería a "calzón quitao" levantarse y despedirse porque era el invitado. Pero el café con pan como merienda, pero con pan el llamado “pan piña” merecía la pena despedirse y dejar para el otro día la conversación que llevaban en la banqueta de la plaza del pueblo.
            -- Hasta luego – dijo "calzón quitao" levantándose del lado que ocupaba en la banqueta de la plaza del pueblo que le había dado para conversar "cabeza pelá".

            -- Hasta luego – contestó "cabeza pelá" levantándose también de la banqueta...

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